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lunes, 30 de mayo de 2016

Capacidad de cambio.

El ser humano es lo que es, es quien es, gracias a una variedad de circunstancias o variables que le afectan y modifican. Existen múltiples teorías sobre cómo se forma la personalidad o la persona quedando vulgarmente reducido a: una parte genética, biológica o innata con la que nacemos y que es inalterable, otra parte que es la que construimos nosotros mismos y otra parte que viene alterada o determinada por lo social; aquellos contextos que nos afectan directa o indirectamente (bronfenbrenner).



            Con el paso del tiempo el “yo” creado va modificándose o más bien completándose y a raíz de las distintas experiencias el sujeto evoluciona pero generalmente no deja atrás su esencia.


Comparto la idea de que la gente puede cambiar ¿pero en qué medida? Es decir, vivimos y operamos la mayor parte del tiempo con el inconsciente, otra parte es genética o innata por lo que qué margen de maniobra nos queda para producir un cambio. Y, de producirse un cambio, cuánto tiempo tardará la persona en volver a su ser original dejándose llevar por la inercia.  Por ejemplo, diferentes estudios han demostrado que la depresión puede venir determinada por la genética. ¿Cómo vamos a producir un cambio en algo que es innato, biológico o genético? La persona ya está predeterminada a sufrir esa enfermedad. Se le pueden dar herramientas y técnicas para superar o para convivir con ello pero ¿podrá desaparecer por completo? ¿O será un arduo trabajo que le perseguirá durante toda su existencia?

            La parte social también es importante, a través de los distintos microsistemas el sujeto se desarrolla y gracias al feedback que uno  recibe construye la identidad. En ocasiones el feedbak recibido es erróneo pero eso no quita para que uno crezca o se desarrolle bajo esas directrices. Cómo a una persona que ha pasado 20,30,40…80 años creyendo que hay que ser de una cierta forma le convences para que produzca un cambio en su persona cuando lo natural es continuar con esa inercia. Desde la posición del yo, puedes sentir que te estás equivocando, saber que ciertas creencias son erróneas, aceptar tus debilidades y vivir con ello o puedes analizar, meditar y luchar por cambiar toda tu personalidad para adaptarte, pero…¿cómo reconstruyes un yo? ¿Te quitas la parte social, la parte construida o la genética?
            Mi deber como orientadora es pensar que el cambio existe y que es posible. Que hay técnicas y herramientas suficientes para cambiar ciertas situaciones y hábitos pero mi parte más humana cree que somos lo que somos y por mucho que intentemos y modifiquemos la esencia no desaparece. Puedes luchar contracorriente hasta agotarte o puedes aceptar la situación y vivir con ello.


            

3 comentarios:

  1. Hola Blanca, curioso que tengas una parte humana y una parte de orientadora que parece menos humana ;)

    Fuera bromas. Me parece que te vendría bien actualizar tu idea sobre lo que es la identidad, diferente a la personalidad. Es una confusión habitual.

    No comparto (ni yo ni la investigación sobre la identidad personal de los últimos 50 años, por poner una fecha) esa idea de identidad/personalidad como una esencia. Incluso hay tradiciones milenarias que han cuestionado esto, basándose en su propia investigación emírica (como el Budismo y bueno, probablemente todas las tradiciones místicas).

    Imagino que está bien pensar que existe algo esencial, pero lo siento, es una ilusión mental. Esto llevaría más tiempo para elaborar, del que tengo ahora.

    El problema es creer en ese tipo de esencias, claro, dificulta la idea de entender en el cambio. Y eso es lo que me preocupa. A lo largo de la vida ante todo lo que hay es cambio, también hay estabilidad, cuestiones que permanecen, pero también hay desarrollo, que implica un tipo de cambio cualitativo diferente al mero cambio de grado en algo. Por ejemplo lograr pensar de manera abstracta es un tipo de cambio cualitativo, una moral postconvencional frente a una convencional también. Construir un sentido de identidad basado en una manera de organizar y relacionarte con tu entorno basado en tus principios personales cuestionables, diferente a basarlos en los principios proporcionados por otros, también es un cambio cualitativo diferente.

    No hemos tenido tiempo de trabajar los tipos de cambio que podemos tener en cuenta en nuestra labor de Counselling: cambios de mantenimiento, remediativos (el que más hemos trabajado), generativo, de aprendizaje vital y desarrollativo. Ninguno de esos cambios, sobre todo los tres últimos, serían posibles si tu idea sobre la "esencia identitaria" fuera cierta.

    Los condicionantes sociales y genéticos están ahí, claro. Pero la mente es lo que emerge justamente en la interacción entre dichos aspectos físicos y sociales, incluyéndolos, no como algo separado a ellos (que es otro error típico que se hace). Diferenciar algo no requiere separarlo de la totalidad de la que forma parte.

    Si te interesa, te puedo pasar textos sobre estas cuestiones. O puedes seguir con tu creencia esencialista.
    Eso depende de ti ;)

    Alejandro

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. De momento solo puedo contestarte al primer párrafo; no es la primera vez que me dices eso de que parece que existen varias Blancas (la profesora, la orientadora...) No es que sea dos personas diferentes sino que dependiendo el contexto en el que me mueva adopto un rol diferente, y no es que sea más o menos humana sino que dependiendo mi posición dejo ver más o menos esa "humanidad". Pero esto de que adoptamos diferentes roles en distintos contextos tampoco es nada nuevo en psicología. :')


    Respecto a todo lo demás, quizás necesite más input antes de producir más output, sobre todo si este es erróneo.

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